Sin experiencia no hay conocimento.
Explico esto para señalar lo importante que es la experimentar para modificar aspectos, pensamientos y creencias personales
Humberto Maturana fue el primer científico que desde su hacer de biólogo habla de conocimiento como un fenómeno biológico y que, por tanto, sólo puede ser estudiado y conocido como tal.
Propuso que la vida misma se entiende como un proceso de conocimiento, el cual le sirve al organismo para adaptarse y sobrevivir.
Continuando con Maturana sostiene que la vida y la mente se auto-organizan; son sistemas estructuralmente determinados, organismos vivos que se siempre están auto-creando circularmente.
Este planteamiento ha tenido para la psicoterapia importantes consecuencias, que es a donde quería llegar con este post.
Cualquier cambio que surja en los sistemas humanos por la intervención de un psicoterapeuta, es siempre un reordenamiento de la experiencia del paciente, determinado por el propio paciente y no por el terapeuta.
Así, éste último puede sólo «perturbarlo» para activar su reorganización, pero nunca «instruirlo», es decir, no puede traspasarle «información directa». Aprendemos una información cuando la personalizamos y la aplicamos en nuestra vida.
Esta es la secuencia:
1º Tenemos una experiencia
2º Después de esa experiencia elaboramos unos datos
3º Relacionamos esos datos con esa experiencia y eso se convierte en conocimiento