El adicto no controla su voluntad ya que su conducta está continuamente dirigida a conseguir el objeto de su dependencia.
Pasa el día centrado en obtener «su premio» y habitualmente a cualquier precio. En ocasiones, la relación entre la persona y la adicción es tan tan estrecha que eclipsa cualquier cosa que puede interrumpir esa relación con el objeto adictivo.
El adicto no es consciente de su enfermedad : hay que cortar esa conducta, ayudarle a ser consciente, y aplicar un tratamiento que combine psicoterapia y psicofármacos.
Algunos datos sobre la adicción:
España es el país de mundo con mayor consumo de cocaína.
Algunos datos relacionados con lo jóvenes y consumo de drogas:
El 18% de los jóvenes dice haber tomado cocaína en los últimos 12 meses.
El 37% entre los 14 y 18 años dice haber consumido cannabis durante los últimos 12 meses.
El 10% de los estudiantes de 14 años dice haber consumido cannabis en los últimos 30 días.
El 15% de ellos se emborracha una vez al mes… y el consumo de alcohol multiplica por 9 el riesgo de consumir cocaína.
¿cómo es la persona adictiva?
La persona adictiva encuentra alivio en su adicción. Bajo esa conducta compulsiva se encuentra un dolor psíquico : traumas, fragilidad, vergüenza, fracaso, impotencia, baja autoestima, angustia…
La adicción opera como analgésico de ese dolor psíquico. Cada día aparece una nueva droga de diseño que además de no controlar efectos ni repercusiones a largo plazo, destruyen neuronas. La verdad es que los datos asustan, especialmente a los padres de hijos adolescentes.
La adolescencia es una época difícil donde en ocasiones es comprensible sentirse desbordado en la crianza. Es importante saber poner límites a los hijos, a imponerle un «se acabó el videojuego», «se acabó internet» y aguantar ahí las consecuencias de la imposición abiertos al diálogo pero sin cambiar de postura. Nada fácil… pero posible.